miércoles, 8 de diciembre de 2010

¿Acaso no sabéis que sois dioses?


Si “todo es uno” y “todo es dios” podemos llegar a la conclusión de que nosotros somos dioses. Dioses ignorantes de nuestra divinidad. Pero ¿tenemos esa divinidad dentro de nuestra humanidad?

¿No se dijo que “vosotros sois dioses pero como hombres moriréis”? Nuestra verdadera divinidad está ahí arriba, en nuestra cabeza. Somos seres pensantes (algunos no). ¿Esa es nuestra verdadera divinidad? Sinceramente, no lo sé.

Dios creó al hombre a su imagen y semejanza, por lo que ¿acaso no somos dioses?,  ¿acaso no sabéis que sois dioses?

¿Qué importa el camino que queramos escoger si no sabemos dónde ir?
Cuando en su caída Alicia llegó al fondo del pozo, vio varios caminos. Encontró un gato y le pregunto:
-“¿puedes decirme qué camino debo tomar?”
El gato respondió:
-“eso depende en gran parte del sitio donde quieras llegar”
Pero Alicia dijo:
-“es que no me importa mucho el sitio”
El gato respondió:
-"entonces tampoco importa mucho el camino que tomes"

"Tu alma anhela todo aquello que no ha experimentado.
Cuando tu alma anhela una experiencia, ello significa que necesita información emocional sobre esa experiencia.

Por eso, tu alma creará un sentimiento -llamado deseo- que cautiva la totalidad de tu ser y te impulsa hacia una aventura, una experiencia.

Entonces, cuando la experiencia ha terminado y las emociones se calman, has obtenido, gracias a esa experiencia, un tesoro mucho más valioso que todo el oro de este plano, te ha hecho avanzar hasta la sabiduría; lo cual indica que tu alma dice que ya nunca más tendrás que experimentar eso otra vez, pues has adquirido todo el entendimiento de ello.

Entonces, tu alma perseguirá otro anhelo, y serás impulsado a hacer otras cosas, porque lo necesitas, lo quieres, porque el fuego dentro de ti te impulsa a experimentar toda la vida.

Ahora, ¿piensas que alguna vez te aventuraste a experimentar algo sabiendo que te haría daño o que ibas a fracasar? No.
Siempre te has embarcado en cada aventura con gran curiosidad, interés y placer.

Y aunque al principio el resultado era un tanto incierto, la emprendiste simplemente porque nunca lo habías hecho antes.
La experiencia era nueva y excitante y querías aprender de ella.
Y aunque la aventura pudo causar dolor, eso te ayudó a comprender la emoción llamada «dolor», lo que aumentó tu entendimiento de la vida.

Así pues, esa experiencia tuvo un propósito en tu vida."

No hay comentarios:

Publicar un comentario