Hoy me he dado cuenta de otra cosa, nunca acabamos de conocernos a nosotros mismos.
El otro día leí en un blog que cada uno tiene su “media naranja” y que el destino nos preselecciona ya con quien debemos estar, que persona nos hará feliz.
Eso me hizo reflexionar, ¿qué pasa si tu alma gemela muere antes de que la encuentres? ¿Te quedas solo? Pero… ¿y si nunca la encuentras?.
Tu “media naranja” no es algo que busques a lo largo de tu vida, ya que a lo mejor ni siquiera existe… probablemente ni exista… porque nadie es perfecto (“nunca encontraré el lugar”).
Alguien deja a su pareja porque cree que debe haber otro alguien “mejor” por ahí afuera, pero luego se da cuenta del error cometido (“me creía tan capaz”, “infinita ingenuidad”, “no vuelvo a hacerlo más”) y es ahí cuando, con dolor, echas de menos a esa persona (“este ruido no cesa”, “mi torpeza es total”).
De esto, nos habla esta canción:
No importa que alguien haya hecho un zumo de naranja con nuestra media naranja, en la vida hay muchas naranjas y manzanas :-)
jueves, 25 de noviembre de 2010
sábado, 20 de noviembre de 2010
El Mito de Narciso
El narciso es una hermosa planta que llama la atención por su atractiva belleza. Pero sin embargo es una flor que huele mal. Tiene un fuerte olor algo desagradable. Hay personas que también son así, que por fuera son una atractivas pero por dentro no son más que un montón de mier... sin valor alguno, sin personalidad y portadoras de una máscara de la verdad.
El mito de Narciso:
El mito de Narciso:
Tanto doncellas como muchachos se enamoraban de Narciso a causa de su hermosura, mas él rechazaba sus insinuaciones. Entre las jóvenes heridas por su amor estaba la ninfa Eco, quien había disgustado a Hera y por ello ésta le había condenado a repetir las últimas palabras de aquello que se le dijera. Eco fue, por tanto, incapaz de hablarle a Narciso de su amor, pero un día, cuando él estaba caminando por el bosque, acabó apartándose de sus compañeros. Cuando él preguntó «¿Hay alguien aquí?», Eco contenta respondió: «Aquí, aquí». Incapaz de verla oculta entre los árboles, Narciso le gritó: «¡Ven!». Después de responder: «Ven, ven», Eco salió de entre los árboles con los brazos abiertos. Narciso cruelmente se negó a aceptar su amor, por lo que la ninfa, desolada, se ocultó en una cueva y allí se consumió hasta que sólo quedó su voz. Para castigar a Narciso, Nemesis, la diosa de la venganza, hizo que se enamorara de su propia imagen reflejada en una fuente. En una contemplación absorta, incapaz de apartarse de su imagen, acabó arrojándose a las aguas. En el sitio donde su cuerpo había caído, creció una hermosa flor, que hizo honor al nombre y la memoria de Narciso.
jueves, 18 de noviembre de 2010
Requiem de un Dios -Parte III-
Bueno, ya por fin el desenlace de esta pequeña historia. Hace muchos años que la escribí y no recuerdo en quien pensaba entonces... pero a día de hoy, no va dirigida a nadie... Espero que os guste =)
PARTE 3
(...) Ahora ya puedo decir que he conocido lo bueno y lo malo, he vivido la muerte y he muerto en vida, he amado lo odiado y lo odiado lo he reverenciado, y ahora que el camino se acaba, no quiero ser uno más, no quiero soñar, no quiero vivir, no quiero morir, no quiero ser un irracional… tan solo quiero tenerte una vez más… déjame verte por última vez…
He comprado con lagrimas de sudor mi propia escalera al cielo, que peldaño a peldaño subo arrastrándome como la castigada serpiente del Génesis. Yo no he engañado a nadie, pues este sufrimiento no me pertenece, ¡reniego de él y de todo!... déjame besarte una vez más…
La escalera llega a su fin y allí estoy yo. Solo. Desamparado. Moribundo. Huérfano de tu amor. Ahora sé que todo lo que te di no sirvió de nada, pude darte más y no lo hice. Este es mi castigo, el castigo de un Dios… algo que nunca podré detener. ¡Reniego de ti, de ese Dios vengativo que todo lo sabe! ¡te buscaré en el confín del cielo y clavare mi propio puñal de dolor en tu dorso desnudo!. Conocerás el sufrimiento, el dolor, la amargura, la impotencia del querer y no poder.. se hará justicia. Yo seré el vengador de esta historia, crearé mi propia filosofía y sobre tu trono descansaré todo mi poder y ambición. Es la nueva era, el nuevo milenio. Mi muerte será el inicio de mi nueva vida en el cielo… tan solo me queda una cosa por hacer. Esperarla. Volverla a ver una vez más…
“Amigo, ¿dónde vas?” Me dice un gentilhombre que guarda las puertas del Cielo. “Vengo en busca del Señor, de Dios!!” – respondo. Y con el rostro despavorido como si el mismo Diablo salido del ardiente fuego del sufrimiento y del terror le estuviera hablando, responde “Dios… ¡ha muerto!... lo ha matado el hombre… ahora es su hijo quien cuida el Paraíso…”. Clave mi mirada de serpiente en sus aterrados ojos, blasfemé, y mis propias manos ahogaron el llanto de aquel señor que rogaba por su miserable vida. “Yo soy el mal que los hombres hacen…” exclamo mientras mis manos ahogan la vida.
Abriré la puertas del cielo, las abriré por ti… volveré a tenerte junto a mí…
Franqueé las puertas malditas, y allí estaba él, el hijo ilegitimo de Dios. ¡¡Ahora soy yo quien gana!!. Estoy arto de perder siempre la misma carrera, de ser el último en el juego del amor, de ganar siempre a ser el mas irracional… las cosas van a cambiar… Aquel hijo de Dios se dio cuenta de mi presencia, y tan solo me dijo “Este es mi reino, que encierra mi libertad, este es mi reino del que nunca puede escapar. La muerte me hará libre al fin…”. Y así es como él mismo, en un acto de valentía y de honor se degolló el cuello manchando las preciosas nubes de sangre azul… de sangre de reyes… “Ahora que los grandes pilares de la tierra han caído, las cosas van cambiar, ya no hay dioses ni reyes, ahora tan solo existe el eterno retorno, yo desde lo más alto de los cielo os cuidare..” –murmuro-. Tan solo me queda una cosa por hacer… buscarla… encontrarla… tenerla… amarla…
Delante de mí se encontraba el Jardín del Edén. Franquee los enormes portones construidos con la sangre y el sudor de los lacayos de aquel Dios, unos portones de oro macizo decorado con todo tipo de piedras preciosas… Y allí estaba ella, tan bella, tan delicada, tan joven como la última vez que la vi. Los años no habían pasado por ese delicado rostro de porcelana. Sentada junto a la fuente de un bosque jugaba con sus cabellos, lloraba en silencio por un amor perdido… Ella no se había dado cuenta de mi presencia y con una suave voz sacada de lo más profundo de este ser irracional, le dije “Rezo en silencio por tenerte otra vez, hoy logré comprender que al final de mi vida, mi amor, te encontré”.
Con dos lagrimas en los ojos se abalanzó hacía mi y los dos nos fundimos en un mismo ser.
Desde entonces, jamás la he vuelto a dejarla escapar, y vivo mi muerte junto a ella, por los siglos de los siglos…
miércoles, 17 de noviembre de 2010
Requiem de un Dios -Parte II-
Bueno, en primer lugar quiero agradecer a las personas que habéis leído estos días el blog y agradezco también vuestras críticas =)
Os dejo con la 2ª parte. Mañana a estas horas colgaré el desenlace.
Os dejo con la 2ª parte. Mañana a estas horas colgaré el desenlace.
PARTE 2
(…) Y allí estaba yo, tormento de un Dios y castigo de una humanidad. Por mi vacía mente recorría un sentimiento abstracto de sufrimiento, de angustia, de dolor… No quería sufrir, no quería morir envuelto en una fina capa de seda llamada “dolor”. Pero ¿qué es el dolor en sí?, ¿una sensación molesta?, ¿aflictiva acaso?... busco en el diccionario de mi cuerpo y encuentro mi propio significado: recuerdos, amoríos y desamores, una palabra mal dicha… todo se mezcla para darme un único sentido: dolor.
“Toma mi mano y sígueme, te mostraré lo que tus ojos no ven” –dice una sensual voz femenina. Esta vez no me engaño, esta vez no es la repartidora del Circulo de Lectores quien llama a mi cuerpo con suaves golpes de una falsa esperanza. Es La Muerte quien viene en mí busca. Lo sé, porque esa dulce voz de mujer, esa luz al final del pasillo, esa silueta angelical que me señala con un dedo acusador no puede ser otra cosa si no La Muerte.
¡Oh! ¡Bella y cruel muerte, cuanto tiempo he estado esperándote!. Solo dime una cosa ¿sufriré?, ¿sentiré dolor?. “Veras tu linda cara frente al espejo demacrada y el dolor será tu amor” – me responde con arrogancia. Si es eso lo que quieres, yo quitaré de tu trono a ese miserable ser que llama Dios, pues ciego esta el que mira atrás y no sabe reconocer su error, ¡¡¡su gran error!!!.
En de repente, el sol se apagó. El mar rugía con furia, como si el mismo Poseidón compartiera mi dolor y Eolo acariciaba mi rostro despertando ese vivo corazón que vive en mí, y que no sentía latir desde hace tiempo… Una tormenta nacía sobre mi cabeza, ¿acaso los jinetes del Apocalipsis venían en mi busca, por decir tal blasfemia? Y como un rayo caído del cielo, una grave y terca voz me habló:
“Yo, Dios Todopoderoso, alpha y omega, padre del ser humano, artista del cielo y la tierra, y creador de todo cuanto te rodea. Yo, he sido quien ha enviado la muerte en tu busca…¡tan solo quiero verte sufrir!., me has ofendido, y pagaras tu cometido con el eterno descanso” –dijo con insolencia. Yo… sumido en la más profunda melancolía… dije: “¿Dónde esta toda aquella humildad que predicabas?, ¿dónde está el final si el hombre no hace más? ¡Tus paredes son solo de aire!...”… Silencio… nadie responde…
Apuro mis últimos segundos, mares de amargo desorden recorren ya mi alma, visiones de un tiempo mejor… ya siento el beso del aire en mis mejillas… me arrojo al vacío, la cuerda se tensa, un leve latido… es mi aliento. Muero… muero… muero porque no siento tu aliento, muero porque no te tengo cerca, muero porque ya no estas junto a mí… por ti muero. Allí donde estés, yo te buscaré… A morir… a explotar, quiero ser libre al fin… los buenos tiempos volverán… a morir!!
martes, 16 de noviembre de 2010
Requiem de un Dios -Parte I-
He rescatado algo de los confines de "Mis Documentos". Entre un montón de basura he encontrado un texto que escribí hace muchos años y que hoy voy a colgarlo aquí, para que quede para la posterioridad xD Internet es algo que nos sobrevivirá a todos...
Lo voy a publicar en 3 entregas, jajaja Hoy la primera entrega. Esta primera entrega tiene muchos guiños que seguro que descubrís y además está basada en hechos reales. (mañana la 2ª parte).
Lo voy a publicar en 3 entregas, jajaja Hoy la primera entrega. Esta primera entrega tiene muchos guiños que seguro que descubrís y además está basada en hechos reales. (mañana la 2ª parte).
PARTE 1
Ha anochecido. Y llaman a mi puerta. Dudo si abrirla, pues ¿quién puede estar al otro lado si no La Muerte que viene a buscarme?. Vestida de negro como la noche y con su guadaña tan brillante como los ojos del mismo diablo; ese mismo diablo que con el bastón en su mano proclama su ley… Y es que hoy la muerte me ha mostrado ya todas sus cartas… pero lo que no sabe, ¡0h, infame ser que llenas tus alegrías con las penas ajenas!, es que esta vez es ella quien pierde, ¡oh si!, ¡el As es mío!...
Aunque ella sabe que me fue robado el As de Corazones por una joven muchacha de cabellos oscuros… pero esta vez ¡¡gano yo!!, ¡no!, ¡no abriré esa maldita puerta! ¡nunca!.
Vuelven a llamar. Esta vez con mas intensidad. Mientras busco el interruptor de la luz siento como me desgarran el cuello, y que ahí, en ese rincón hay alguien vigilándome… miedo, fear, crainte, furcht… lo mismo me da un idioma que otro… porque es ese “fear of the dark” el que atormenta mi ser y con caricias de eterno sufrimiento me arropa cada noche.
La luz de una vieja lámpara ilumina el pasillo. Tranquilidad. Silencio. Soledad. ¿No hay nadie tras la puerta? – murmuro. Los latidos de mi corazón son tan fuertes que podrían confundirse por el sonido de una mano huesuda llamando a mi puerta. Pero esta vez no es mi corazón, llaman a la puerta…y yo ya no espero…
Y recuerdo lo que un día me dijo un gentilhombre “no hay razón para buscar el sufrimiento, pero si éste llega y trata de meterse en tu vida, no temas; míralo a la cara y con la frente bien levantada..” ¡oh me querido Nietzsche… que razón tenías!... pero ni tú pudiste escapar de ella… de La Muerte.
Armándome de valor y recordando aquel sabio consejo, con la cabeza bien levantada, abro la puerta…
Y allí estaba ella… la repartidora del Circulo de Lectores.
“Esta vez me he salvado – pensé – pero ¿qué me deparará el mañana…?
Suscribirse a:
Entradas (Atom)