lunes, 26 de diciembre de 2011

Preguntas sin respuestas


Llega un momento en la vida en la que nuestras preguntas no tienen respuestas ni explicación; sucesos, experiencias vividas, acontecimientos, hechos, realidades… tantas cosas que no sabemos por qué suceden así o por qué nos ha tocado vivirlas.

“Gente” que llega y se va sin avisar, heridas, enfermedades, caídas, golpes, vacíos, pérdidas, caminos que se abren entre la maleza y puertas que se nos cierran en las narices, circunstancias que afrontar, decisiones que tomar… todo ello invade nuestra mente, llenándola de preguntas inciertas sin respuestas, o bien por no tenerla o bien porque no la encontramos. La duda, la incertidumbre, nos llenan de angustia.

Hay a veces que intentamos darle una respuesta, una explicación a todo esto… sin lograrlo, quedándonos estancados, sin avanzar; porque es el miedo a adentrarnos en un camino de incertidumbre de no entender y no aceptar las cosas que nos suceden.

Muchas de estas preguntas llegan a convertirse en unos grilletes que nos esclavizan haciéndonos aferrarnos a ellas, y aunque quizás tengamos respuestas para alguna de ellas, siempre acabamos formulándonos nuevas preguntas. Simplemente porque nos hace falta buscar una excusa para que nos torturen y nos hagan dudar, confeccionando aprensiones que nos quiten la paz.

Hagámonos un favor y no busquemos respuestas que quizás nunca lleguen, hay cosas que suceden porque así es como tiene que pasar, aunque en ese momento no entendamos el por qué y sintamos que nos faltan fuerzas para asumirlas y continuar.

No hay más opciones que vivir. Vivimos nuestra vida puesto que no tenemos nada mejor que hacer, más adelante le buscaremos un sentido. Además, si las cosas tienen solución, ¿por qué preocuparnos si se pueden arreglar?. Y si no la tienen, ¿por qué angustiarse?, si no hay nada más que hacer ni opción que tomar.

Esto nos lleva a la siguiente conclusión: en vez de buscar respuestas, démoslas nosotros mismos con nuestro vivir y actuar.

Hay cosas que todo el mundo sabe a un nivel visceral, esas cosas que todo el mundo teme afrontar y de las que no hablamos por educación. Una vez lo has visto, no puedes darle la espalda.


lunes, 3 de octubre de 2011

Nihilismo

La gente suele confundir el nihilismo con el pesimismo, o lo relaciona con no creer en nada, “la creencia en nada”. Sería más adecuado cambiar el término “creencia” por “fe”, si entendemos que la fe es “la firme creencia en algo para lo que no existe prueba alguna”. Entonces, el nihilismo puede definirse –escuetamente- como el rechazo de todo aquello que requiere fe para la salvación o para la realización de algo. La fe anula el sentido común y la razón. Nietzsche, que escribió sobre el nihilismo, dijo que la fe significa no querer saber. Todas las cosas que no se pueden refutar necesitan de fe: la utopía, el idealismo, la salvación espiritual, Dios, etc.

Pero el nihilismo no es sólo eso, es más profundo. Una segunda característica de esta doctrina filosófica es que el nihilismo rechaza que la vida tenga un propósito final (puesto que no tiene una explicación verificable y por tanto requiere de fe), que haya algo después de la vida.

El nihilismo no se describe por lo que es, sino por lo que no es: la ausencia en lugar de la presencia. Así, el nihilismo es la ausencia de fe, la ausencia de la teología, la carencia de Dios, etc.

Sólo tenemos una vida, y cuando nos demos cuenta de ello la meta de la vida se vuelve dolorosamente obvia. No necesitamos de ningún poder divino ni de un Dios Todopoderoso para la justificación del fin de la vida, del “más allá”, del éxito o del fracaso; únicamente el deseo y nuestra fuerza de voluntad. En este cuarto oscuro que es la vida, no hay muchas señales visibles que nos indiquen la salida, por eso yo he elegido mi propia salida.

miércoles, 13 de abril de 2011

Homenaje a la II República Española

Hoy, actualizo con un pequeño texto en memoria de la II República Española, proclamada el 14 de abril de 1931, hace hoy 80 años. En esta ocasión, un fragmento sobre nuestro querido S.M. el Rey Juan Carlos de Borbón, Juancar para los amigos, de cómo llegó al trono.

Juan Carlos, nació un 5 de enero de 1938 en un barrio mediana burguesía llamado Pirioli, en Roma. Sí, nació fuera de España y vivió bastante tiempo en otros países hasta acabar (con bastante ayuda de la clase burguesa) en Estoril, Portugal.

Juancar era el primer hijo varón del Conde de Barcelona Don Juan, heredero al inexistente trono que había perdido su padre: Alfonso XIII. Recordemos que Alfonso XIII tuvo que abandonar apresuradamente España poco antes de la proclamación de la República, debido a que no era bien recibido debido a su colaboración con la dictadura de José Antonio Primo de Rivera porque supuestamente Alfonso XIII accedería al trono después del golpe de Estado…

Bueno, como iba diciendo (es que son tantas cosas…), Juan Carlos nació cuando los golpistas, que luego le educaron y le hicieron sucesor de Franco (que contaba con la ayuda de Mussolini y Hitler).
Que Juan Carlos fuera el heredero de los Borbones no era precisamente una cosa que cayera por su propio peso para ser heredero al trono. Había una pequeña dificultad: había nacido fuera de España, por lo que ni siquiera tenía derecho a la nacionalidad, puesto que su abuelo (Alfonso XIII) la había perdido junto con la corona (por decreto republicano como castigo por su complicidad en el golpe de Estado de Primo de Rivera). 

Respecto a lo de la nacionalidad que comentaba, había una antigua ley que regulaba las normas de sucesión de LA CORONA ESPAÑOLA que establecía que nacer en el extranjero era impedimento para poder acceder al trono. Pero bueno, esta ley ya se la cargó otro Borbón (Carlos IV) por conveniencia (como todo lo que hacen), ya que nació en el extranjero (Pragmática Sanción de 1789 que aun sigue en vigor). Los Borbones siempre supieron muy bien arreglar las leyes a su medida (aquí podemos hablar de la Constitución de 1978, pero lo dejamos para otro día…). 

Por lo que para que Juancar fuera sucesor y heredero era necesario pasar por delante de varias mujeres, basándose en el hecho de que los varones, porque así lo había decidido la CASA REAL (y recuerdo que esto sigue en la actual Constitución Española), SIEMPRE tienen preferencia. Ésta es sencillamente una más de esas normas que no tienen nada que ver con la justicia ni con la razón ¡viva la monarquía!.
Y bueno, a parte de las mujeres, la línea dinástica también había esquivado a unos cuantos hombres hasta llegar a Juan Carlos. Alfonso XIII designó como heredero a su tercer hijo vivo: Don Juan; excluyendo a los otros dos (uno por hemofílico y otro por sordomudo) y pasando por encima de sus hermanas. 

En fin, para no hacerlo muy largo, porque ya me canso de buscar información y teclear. La historia sigue su curso, con la educación de Juan Carlos en España por concesión y con la ayuda del Generalísimo, con el cual se llevaba muy bien. Franco lo nombre su sucesor, y es bien sabido por todos que Juan Carlos era un poco tonto (a diferencia de su hermano, Alfonso, que era muy listo y el favorito de su padre y que murió a causa de un disparo “accidental” de su hermano Juan Carlos) en sus estudios y tuvo que quedare muchos veranos estudiando y con profesores particulares para poder aprobar…, de ahí las famosas frases de los falangistas y carlista de “¡Abajo el príncipe tonto!” o “¡No queremos reyes idiotas!” cuando lo veían desfilar junto al Generalísimo.


¡¡¡¡VIVA LA REPÚBLICA!!!!


martes, 25 de enero de 2011

A buen entendedor pocas palabras bastan

Si hay algo en lo que destaca la lengua castellana es su gran amplitud de refranes y dichos populares. Hay centenares. Incluso muchas veces los usamos sin darnos cuenta, los usamos de manera automática. Otras veces los utilizamos en situaciones concretas.
El refrán es transmitido tradicionalmente durante generaciones de boca a boca, es un símbolo de la sabiduría popular que nos deja nuestros antepasados, es fruto de la experiencia y observación.

Por ello, hoy quiero actualizar con un pequeño texto escrito sólo (estoy loquísimo, sigo acentuando la palabra “solo”, dios!) con refranes. Al final esta la “traducción”.


“Hay gente la dan con queso y arriman el ascua a su sardina, por lo que cada palo que aguante su vela.

A veces tenemos que cargar con el mochuelo y no por ello vamos a dar palos de ciego. Tampoco nos vamos a echar a los perros a nosotros mismos y menos aun irnos de picos pardo.

Recuerda que después de la tormenta siempre llega la calma; que hay que coger al toro por los cuernos porque siempre hay un roto para un descosido.
Lobo hambriento, no tiene asiento.
¡Apaga y vámonos!”

------------------------------------------
“Hay gente intenta engañarte para conseguir un fin deseado, aprovecha toda ocasión en interés propio, por lo que cada uno se tiene que ser responsable de sus actos.

En ocasiones tenemos que afrontar asuntos en contra de nuestra voluntad. Pero no por ello vamos a proceder erróneamente en este asunto. Tampoco nos vamos a hostigar por ello y menos aun entregarnos a hacer cosas inútiles y sin sentido en vez de hacer las cosas bien.

Recuerda que las malas situaciones acaban pasando; afronta los problemas de cara porque para cualquier cosa se puede encontrar una solución adecuada.
Cuando algo se quiere, no se para hasta conseguirlo.

¡Esto toca a su fin!”

sábado, 15 de enero de 2011

Sobre la Ley Antitabaco


La Ley antitabaco no es una ley contra los fumadores, es una ley a favor de la promoción de la salud. La salud es un derecho constitucional no fundamental que figura en el Título I de la Constitución Española de 1978 en el Capítulo III, artículos 40 y 43.

Por otra parte, la OMS (Organización Mundial de la Salud), en su I Conferencia de la Promoción de la Salud, elabora la Carta de Ottawa para la Promoción de la Salud. Su objetivo: “salud para todos”.
En esta carta se establecen una serie de estrategias que permiten actuar sobre los determinantes de la salud. Una de estas estrategias es establecer políticas saludables, la cual consiste en la combinación de la legislación (ej.: ley antitabaco) con medidas fiscales e impuestos (Impuesto Sobre las Labores del Tabaco) para lograr un fin: la salud.

Dando cumplimiento a esta carta (que sí que es cierto que no tiene la eficacia jurídica que puede tener un Tratado Internacional) y a lo establecido en la Constitución y en especial al precepto que establece el 43.1 CE del reconocimiento a la protección de la salud, el Congreso de los Diputados aprobó la Ley antitabaco dando así una protección a los menores y fumadores pasivos (donde incluyo también a los trabajadores que desempeñan sus funciones en centros de trabajo donde está permitido fumar).

Con esto no quiero decir que este ni a favor ni en contra, simplemente digo lo que hay, porque me aburría y me apetecía escribir xD Así de simple.